Economagia o cómo hacer que el dinero te dé para todo

Mi padre, que no es economista, pero tiene dos dedos de frente, me enseñó hace muuuuuchos años lo que yo considero la Máxima Universal de la economía y hoy yo voy a compartirla contigo. Es la siguiente:

Si tú tienes un pastel de diez trozos, solo puedes comerte diez trozos. Ni uno más.

Sencillo, ¿no? Pues la vida, igual.

INDICE DE CONTENIDOS:

.- La vida: la parte emocional y la práctica.

.- El dinero; un medio para conseguir cosas, nada más.

.- No llegar a fin de mes o el síndrome de los bolsillos vacíos.

.- La fórmula secreta: cómo hacer economagia.

Siéntate y piensa.

Analiza la situación.

Establece un plan de gasto.

Cumple tu plan

.- Tips fundamentales para que la magia funcione.

 


 

En la vida, todo aquello que hagas se dividirá siempre en dos partes: a emocional y la práctica.

La parte emocional es la soñadora, la que te emociona, la que te hace desear algo tan fuerte que se te acelera el corazón solo de pensarlo. Es la parte que hace que te pongas idiota perdido cuando te enamoras y es la culpable de eso de que el amor es ciego. Por ponerte un ejemplo, la parte emocional es la que te repite una y otra vez sin descanso que quieres ese coche, no, no, es más, ¡necesitas ese coche!, ese puesto de trabajo o… en el caso de algunos, irte a Australia.

Tu parte emocional es la brújula que te indica hacia dónde y la parte práctica es la que te lleva hasta allí.

Por supuesto, una no sirve de nada sin la otra, sino dime ¿a dónde vas sin ilusión? o ¿cómo llegas a Australia sin un billete de avión? Pues ya te lo digo yo;

Sin ilusión no llegas ni a la vuelta de la esquina y Australia no la pisas antes de haber rellenado tres millones de formularios, comprado un billete de avión y haber hecho algún trámite más que te contaré en otro momento, pero sigamos con lo que íbamos…

Como las relaciones de pareja, la que existe entre tu parte emocional y tu parte práctica debe trabajarse regularmente, mimarse y adoptar un sano equilibrio que les permita a ambas complementarse para conseguir funcionar de manera correcta, como un reloj. Y una vez conseguido esto, eres capaz de todo.

Sí, sí, vale, pero… ¿¡y el pastel!? ¡Que me has dejado con hambre!

Ya voy, ya voy…

En un mundo en el que utilizamos el dinero para la gran mayoría de cosas que obtenemos y que creemos poder utilizarlo para muchas otras, su importancia en el mismo es impepinable. Y, a pesar de que éste no es el único componente de la parte práctica de la que te hablaba, es del que te hablaré hoy, pues es un factor con el que estamos en contacto a diario y, como decíamos antes, un medio para hacer cosas, nada más.

El dinero es un medio para conseguir cosas, nada más

Esto es importante tenerlo presente, pues una vez puestas las cosas en su lugar, evitamos darle al dinero características que no le pertenecen, así como un papel equivocado en nuestra vida.

El dinero no te hace mejor o peor persona. No tiene nada que ver con eso: ni el tener dinero te convierte en un ser malo y despiadado (en todo caso eso puede ser dependiendo del medio a través del cual lo obtengas), ni el no tenerlo te convierte en una persona humilde y estupenda. Sí, yo sé que somos muchos los que hacemos ese tipo de asociaciones de manera automática, pero prometo hablarte de asunciones y de prejuicios otro día…

Y entonces, una vez tenemos el concepto puesto en el lugar que le corresponde, podemos avanzar.

No llegar a fin de mes o el síndrome de los bolsillos vacíos

A veces tú no es que no llegues a final de mes, más bien todo lo contrario: tú eres más rápido y llegas al final del mes antes de que él acabe. Y así a alguien no le salen las cuentas. Y acostumbra a ser a ti.

Es normal, porque nadie nace sabiendo. Ni de economía, ni de pasteles y en algún momento tiene que aprender, porque si nos supiéramos todas las recetas… qué aburrida la vida.

 

La fórmula secreta: cómo hacer economagia:

Seguro que has pensado muchas veces eso de que magia es lo único que me falta probar con las finanzas, pues lo demás, ¡lo he probado todo! ¡Pues vamos a probar! Te dejo los pasos a continuación:

  1. Para un momento. Siéntate y piensa. Si te estás preguntando si puedes pensar de pie, la respuesta es sí, claro, pero es que sentarse a pensar suena más guay y es mucho más cómodo.

Así que te sientas y piensas en cuál es tu objetivo, ¿qué es lo que quieres conseguir con la economagia? Puede ser llegar a fin de mes sin sufrimiento o ahorrar para comprar esa moto, ordenador, o hacer ese viaje, quizás lo que quieras es devolver ese crédito que te quita el sueño, hacerte el láser o comprarte un chalet en la sierra.

La economagia es como la cinta americana: ¡vale para todo!

Para hacer esto, lo primero que necesitarás será eliminar el ruido, es decir, centrar tu atención en hallar ese objetivo, para así poder determinar si lo que quieres es adoptar una situación temporal (en el caso de ahorrar durante un tiempo determinado para un objetivo concreto) o bien llevar a cabo un cambio estructural.

2. Analiza la situación. Lo segundo que tendrás que hacer es observar bien el pastel para definir cuál es tu punto de partida. En este punto resulta fundamental ser lo más honesto y realista posible, pues piensa que por mucho que te comas el trozo de pastel del vecino, las calorías no le computan a él, sino que se instalarán en TÚ culo y luego serás tú quien tenga que moverlo para sudar y quemarlas. Pues con el dinero igual; si gastas más del que tienes, luego tendrás que encontrar la forma de devolverlo. Recuerda que “si tú tienes un pastel de diez trozos…” pues eso.

Para obtener una visión completa de tu situación actual, deberás responder a las siguientes preguntas:

¿Qué tan grande es mi pastel? El tamaño de tu pastel equivaldrá a los ingresos totales que recibas. Por ejemplo, en un presupuesto mensual, deberás tener en cuenta cuánto dinero ingresas todos los meses. Recuerda añadir a este punto todos, todos, todos los ingresos que tengas, pues cuanto más grande sea tu pastel, más fácil será repartir los trozos.

¿Cuánto estoy comiendo? Más que cuánto estás gastando, lo que en realidad te interesa es saber en qué te lo estás gastando.

Para conseguir la respuesta precisa a esta pregunta, mi recomendación es que controles de manera detallada cuáles son tus gastos habituales en una semana, una quincena o un mes. Te garantizo que los resultados te sorprenderán más de lo que te crees. Si no, ya me contarás…

En mi caso, cuando llegué a Los Países Bajos… ¡Espera, que me lío y nos distraemos. Termino de contarte la fórmula que es lo que nos interesa y la semana que viene te enseño mis cuentas. Mi pastel, enterito, al descubierto, para que veas que no te miento, que sé que lo que te digo es posible porque yo lo he hecho y porque a todos nos gusta chusmear… ¡¡no te lo pierdas!!

3) Establece un plan de gasto: Una vez cuentes con la información real, puedes empezar a crear un plan, tu plan, pues recuerda que estamos trabajando con nuestra parte práctica y para ello necesitamos hacer uso de datos precisos. Si no, ya puedes hacer planes y planos, que no te van a funcionar.

Lo primero que deberás hacer para establecer un plan de gasto es restarle a tus ingresos totales, tus gastos fijos. Los gastos fijos son aquellos que tienes sí o sí, los que no se pueden eliminar bajo ningún concepto. Los gastos fijos más habituales son el alquiler, los gastos de agua, luz, etc., la comida, el teléfono y el transporte.

En mi caso, por ejemplo, cuando alquilé mi primer piso sola… ah, no, mejor eso me lo guardo para la próxima semana, que si no me lío. Sigamos…

Una vez hecho esto, sabrás cuál es tu margen moldeable. Seguro que los economistas tienen otro palabro malsonante para denominarlo, pero yo le llamo así, pues es la cantidad que podrás moldear acorde a tus necesidades. Easy, ¿no?

Una vez conozcas tu margen, haz una lista del resto de cosas a las que te gustaría destinar tu dinero. En esta lista puedes poner todo lo que se te ocurra; fiesta, deportes, viajes, ahorro, drogas, Tinderdates… que sí, que las citas de Tinder pueden perfectamente meterse en cualquier otro apartado, pero te juro que conozco a gente que tiene tantas, ¡que necesita un apartado enterito para ellas solas!

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Lo bueno de los apartados es que son flexibles, como la conciencia los sábados por la noche, totalmente personalizables, lo que hará que el presupuesto se adapte a ti. Mi recomendación es que incluyas siempre un pequeño apartado de imprevistos, pues te dará la calma necesaria (o por lo menos un parte de ella) para afrontar cualquier situación que no hubieras tenido en cuenta.

También es bueno llevar un control, puede ser diario, semanal, quincenal… yo recomiendo que no sea más de semanal o como mucho quincenal, pues si se te ha ido la mano gastándote el bonus de verano en las tinderdates o dios sabe qué, cuanto antes te des cuenta, antes podrás rectificarlo.

Lo bueno de los apartados es que son flexibles, como la conciencia los sábados por la noche

Y una vez tengas los apartados definidos, empiezas a jugar a encajar, a repartir el dinero entre todos ellos. Es como el Tetris… solo que sin la musiquita.

Si el dinero no te cubre todos los apartados de la lista, porque nos conocemos y lo queremos todo, todo y ¡y ya! Prioriza y no te preocupes; que si no te funciona, podrás cambiar el presupuesto más adelante. Que todo se aprende haciéndolo…

4) Cumple tu plan. Esto puede parecer una tontería, ¡pero no lo es!, pues por mucho que te apuntes al gimnasio, si no vas nunca, no conseguirás ese culito de acero, ¿verdad? Pues con el presupuesto lo mismo; si lo haces, pero no lo cumples, pues es como si no lo hubieras hecho.

Hagamos un juego (y te prometo que ya termino); apuesto a que llegados a este punto, puedo leerte el pensamiento. Ahora mismo estás pensando alguna de las siguientes cosas:

  • Sí, sí, todo muy bonito, pero ¡menudo rollazo! Yo no tengo tiempo para hacer eso.
  • No es tan fácil.
  • Hmm, parece interesante, algún día lo probaré.

¿He acertado? ¡Si es así, deja un comentario en el post!

Y como te he prometido, aquí termino, pero antes te regalo los tips fundamentales para que la magia funcione y, ya de paso, te contesto a tus pensamientos (¡¡que esto de que leas mi blog me hace sentir como si tuviera super poderes!!):

 

Tips fundamentales para que la magia funcione

  • Como para todo en la vida, ten compromiso y una buena actitud.
  • Mantén a tu vocecita interna de tu parte. Cada vez que intente sabotearte y ponerte en tu contra, recuerda el objetivo que determinaste en el punto número 1. Apréndetelo de-me-mo-ria, como si fuera tu número de teléfono que lo puedes dar hasta cuando estás borracho. Así se convertirá en tu arma secreta, un mantra que repetir mecánicamente siempre que sientas que te cuesta, siempre que sientas que no puedes. Porque sí puedes, sólo tienes que encontrar la forma y practicarla.

Tiene que ser como un juego, pues si has decidido cambiar algo piensa que tanto no debe de gustarte…

¡Sí puedes! solo tienes que encontrar la forma y practicarla

Si algún día las cosas no te salen como habías planeado, ¡que no cunda el pánico!

Tienes que estar dispuesto a rehacer los cálculos… pero nunca sentirte culpable, sino solo ten presente que la próxima semana o el próximo mes puedes volver a empezar otra vez.

Olvídate del ‘pero’ y recuerda que las excusas no pagan facturas. Y que estás trabajando en avanzar hacia tu objetivo.

2 respuestas a “Economagia o cómo hacer que el dinero te dé para todo

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